Dr. José Gregorio Hernandez: Modelo de santidad a 160 años de su natalicio - Standard Digital News | Noticias de Maracaibo Venezuela y el Mundo

Dr. José Gregorio Hernandez: Modelo de santidad a 160 años de su natalicio

Hoy, Venezuela conmemora con profunda devoción los 160 años del nacimiento de José Gregorio Hernández, «el médico de los pobres». Este sábado 26 de octubre se presenta como una ocasión especial para renovar la fe en sus milagros.

José Gregorio Hernández, nacido el 26 de octubre de 1864 en Isnotú, estado Trujillo, es una figura que ha trascendido más allá del ámbito médico, convirtiéndose en un símbolo de fe, solidaridad y esperanza. Su dedicación al cuidado de los más necesitados le valió el afecto del pueblo venezolano y, en 2020, fue reconocido como beato por la Iglesia Católica.

Formación y Trayectoria Profesional José Gregorio Hernández mostró desde temprana edad una notable inclinación hacia los estudios y la medicina. En 1888, viajó a Caracas para estudiar en la Universidad Central de Venezuela (UCV), donde se graduó como médico. Gracias a su dedicación académica, recibió una beca del gobierno venezolano para continuar sus estudios en París, especializándose en bacteriología, microbiología y otras áreas emergentes de la ciencia médica.

Al regresar a Venezuela, no solo se destacó como un médico comprometido con el bienestar de sus pacientes, sino que también fue profesor en la UCV, contribuyendo significativamente a la modernización de los estudios médicos en el país. Sin embargo, la verdadera grandeza de José Gregorio Hernández no radicaba únicamente en sus conocimientos científicos, sino en su capacidad de combinar la medicina con la compasión y la fe cristiana.

El Médico de los Pobres La vida de Hernández estuvo marcada por una profunda espiritualidad.

A pesar de sus logros profesionales, decidió dedicar gran parte de su tiempo y recursos a atender a los enfermos más humildes, a menudo sin cobrar por sus servicios. Su figura se convirtió en sinónimo de altruismo y empatía, ya que veía en cada paciente una oportunidad de servir a Dios. Además de su vocación médica, José Gregorio aspiraba a ser sacerdote, aunque, por razones de salud, no logró ingresar al seminario.

En las calles de Caracas, la gente lo conoció por su humildad y bondad. Visitaba los hogares más pobres, llevaba medicinas e incluso ayudaba económicamente a quienes no podían costear sus tratamientos. Este compromiso con los más necesitados le ganó el título de “médico de los pobres” y dejó una huella profunda en la sociedad venezolana.

 Un Trágico Fallecimiento y Legado Espiritual

El 29 de junio de 1919, José Gregorio Hernández falleció trágicamente en Caracas, atropellado por un automóvil mientras iba a buscar medicinas para un paciente. Su muerte conmocionó a la sociedad venezolana, que ya lo consideraba un santo en vida. Tras su fallecimiento, surgieron historias de milagros atribuidos a su intercesión, consolidando su reputación como un hombre de gran santidad. El proceso para su beatificación comenzó en 1949 y culminó el 30 de abril de 2021, cuando la Iglesia Católica lo proclamó oficialmente beato. La ceremonia, celebrada en Caracas, fue un momento de gran emoción para los venezolanos, quienes siempre han visto en José Gregorio Hernández una fuente de esperanza en tiempos difíciles.

La Importancia y Vigencia, del Dr. José Gregorio Hernández no solo es un referente espiritual para los creyentes venezolanos, sino también un modelo de ética y vocación de servicio. Su vida recuerda la importancia de la solidaridad y el compromiso con los más vulnerables. En un contexto de crisis social y sanitaria, su ejemplo sigue inspirando a médicos, trabajadores sociales y voluntarios que encuentran en él una guía para enfrentar las adversidades.

En la actualidad, su devoción ha trascendido las fronteras de Venezuela, y miles de personas en América Latina lo veneran como un intercesor de los enfermos y protector de los más necesitados

Su figura encarna la unión entre la ciencia, la fe y el servicio, valores fundamentales para la construcción de una sociedad más justa y solidaria. José Gregorio Hernández no fue solo un médico, sino un símbolo de amor al prójimo y una inspiración que, a más de un siglo de su fallecimiento, continúa iluminando el camino de quienes buscan hacer el bien.

La figura del doctor José Gregorio Hernández, el beato trujillano, trasciende por su vocación a la medicina, la docencia, y su atención a los más humildes, siendo un hombre entregado a la vida cristiana. Desde pequeño mostró su creencia en Dios, su devoción a la Virgen María y su amor a la eucaristía.

Esta vida cristiana del beato es reconocida por la Iglesia Católica no solo en su tierra natal Trujillo, sino también en el ámbito nacional e internacional. El padre Gregory Lobo, asistente de la oficina de vicepostulación de la causa de canonización del doctor José Gregorio Hernández, expresa con mucha fe su esperanza de que sea proclamado el primer santo venezolano. «Invitamos a todos los venezolanos a que elevemos nuestras oraciones a Dios pidiendo para que la canonización sea un hecho pronto y posible«, manifestó.

La vida de José Gregorio Hernández no solo transformó la medicina en Venezuela, sino que también elevó la compasión humana a un nivel casi divino.Su dedicación a los más necesarios y su profunda fe cristiana le ganaron el título de “el médico de los pobres”.

A través de su incansable trabajo y su bondad infinita, se convirtió en un símbolo de esperanza y milagro para todos aquellos que lo conocieron y para muchos más que han oído su historia.

Hernández nos dejó un legado imborrable, recordándonos que la verdadera grandeza reside en el servicio desinteresado a los demás.

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