Caracas la capital de Venezuela, hoy 25 de julio cumple 455 años de Fundada - Standard Digital News | Noticias de Maracaibo Venezuela y el Mundo

Caracas la capital de Venezuela, hoy 25 de julio cumple 455 años de Fundada

Un día como hoy pero de 1567 fue fundada en por el español Diego de Losada , a los pies del gigante , Cerro el Ávila o Waraira Repano nombre que le dieron los indígenas de la etnia Caracas y que significa “Sierra Grande”  el faro y fiel testigo del bullir de la gran ciudad Capital .

Fue erigida la imponente y “difícil” capital venezolana bajo el nombre de Santiago León de Caracas. La capital es el cede del gobierno Nacional , Hoy es principal centro cultural, financiero y económico del país , famosa además por su diversa  gastronomía, con gran  influencia por la oleada de inmigrantes europeos entre 1948 y 1961, en esta época ingresaron a Venezuela 920.000 inmigrantes, principalmente españoles, italianos y portugueses, cuando el país apenas contaba con entre 5 y 7 millones de habitantes.

“Caracas, ciudad intemperie, ciudad difícil, imposible ciudad, bomba temible de tiempo, resbaladiza, trabajosa, hostil. A veces nos recibe, nos abre sus brazos, otras veces no podemos acercarnos a ella y nos bota lejos. Custodia de nuestros afectos, ciudad amante, colateral, renegada, también es un dulce amor, que nos acaricia, apenas con su lluvia”. Nidia Hernández 

Un poco de su historia

La ciudad pequeña, agrícola y de “techos rojos”, debe su nombre a la tribu indígena Los Caracas, que habitaba el Valle costero. Se hizo capital del país en 1578.La fundación de la población se llevo a cabo a partir de otra población previamente fundada en la costa por Francisco Fajardo. Sin embargo, fue el conquistador español Diego de Losada quien ordenó su reedificación en 1567

Se ubica en uno de los principales valles de la Cordillera Central, la separación de esta se debe al famoso y muy concurrido Cerro El Ávila cuya altura se eleva a los 2600 metros.

La afrancesada Caracas

Para el momento en que Guzmán Blanco llega por primera vez a la presidencia de la República, ya poseía una buena de formación académica y había viajado lo suficiente como para conocer, aunque sólo fuera someramente, otras culturas, sobre todo, conocía bastante bien el modo de vida francés al cual le daba un gran valor, no sólo por lo atractivo que pudiera resultarle el refinamiento y el “bon vivre”, sino también por la admiración que despertaba en él la organización de su sistema de gobierno, modelo que trataría de implantar en Venezuela.

No obstante la ruptura de relaciones diplomáticas entre Francia y Venezuela en 1897, los patrones franceses siguieron dominando la escena de la ciudad durante las primeras décadas del siglo XX, incluso, a pesar de las tendencias nacionalistas tanto de Castro como de Gómez. Al reanudarse las relaciones, El Nuevo Diario, en 1913, recuerda como Venezuela ha estado siempre tan estrechamente ligada a Francia, principalmente por el idioma: “Y no es la menos de las razones porque debemos alegrarnos del nuevo acercamiento a Francia, el considerar la influencia que en ella viene ejerciendo sobre los pueblos latinos del continente, (…) nuestra literatura ha sido tachada hace muchísimos años de galicismo deliberado, en el pensamiento y en la elocución.”…

El pensamiento científico adquiere también un nuevo rumbo, sobre la base de los postulados positivistas, que penetran en Venezuela a través del Discurso de Rafael Villavicencio pronunciado en diciembre de 1866, en el Templo de San Francisco, con motivo del Acto de Repartición de Premios a los alumnos de la Universidad Central, de aquí surgirá la primera generación de científicos positivistas cuyo ascendiente llegará hasta el gomecismo. Incluso en el campo de la medicina, venía de Francia todo aquello que se consideraba como lo más avanzado en la materia y, muchos de los galenos, verdaderos precursores de la medicina en Venezuela, cursaron estudios en París financiados por el propio gobierno. Este fenómeno dio lugar a lo que se ha llamó el “Renacimiento de la Medicina Venezolana”, el cual se puso de manifiesto con la creación de las sociedades médicas, la aparición de nuevas publicaciones especializadas, la reforma y creación de algunas cátedras de enseñanza médica y, fundamentalmente, con la creación del Instituto Pasteur de Investigación (1895-1902), como resultado del descubrimiento del suero antidiftérico, en 1894, y la fama universal que había adquirido el Instituto Pasteur de París (1888).

De Francia llegan tanto las ideas científicas como una significativa influencia en las artes, en la literatura y en todos los aspectos de la vida cultural y cotidiana de la ciudad, incluyendo esa suerte de imposición idiomática – aunque ya desde mediados de siglo los caraqueños usaban galicismos con frecuencia – y es la prensa uno de los principales medios a través del cuales penetra el francés en el habla coloquial. Comienzan a editarse dos de las más representativas publicaciones de difusión del idioma, del pensamiento y de las costumbres francesas: El Cojo Ilustrado (1892-1915), y Cosmópolis(1894-1895); más tarde aparecerán Alborada, El Nuevo Diario y El Universal.Al respecto expresa Marisa Vannini que: “El Cojo Ilustrado a lo largo de su trayectoria (1892-1915) representa la gran aceptación de la influencia francesa en Venezuela, no sólo en el aspecto literario, sino en todas sus otras manifestaciones: publica traducciones de las obras y noticias de los autores franceses más representativos del romanticismo, del simbolismo, del realismo, del naturalismo, del impresionismo, de la novela psicológica (…) divulga comentarios o resúmenes de artículos de periódicos o revistas francesas…” ,

Durante todo el período los ciudadanos de las clases media y alta, estarán prácticamente obligados a redescubrir a Francia, para felicidad más de unos que de otros. Estos nuevos y exógenos referentes cotidianos, encontrarán su asidero más firme en una sociedad que desea romper definitivamente con las tradiciones, especialmente la clase media. Asimismo, una de las características más significativa del “sacrificio” que significa para la población caraqueña el tránsito a la vida urbana, se relaciona precisamente con la incorporación de nuevas necesidades a la vida cotidiana. Lo superfluo y de ahí el consumismo, pasan a ser una necesidad social. En el atuendo, en las diversiones lícitas o no, y hasta en el uso del tiempo libre, se agudiza la competencia por el status, que se convierte en un verdadero calvario.

Paralelamente a este desarrollo cultural, el teatro, la ópera, los conciertos, la zarzuela, se volvieron espectáculos de acceso restringido a un sector social muy exclusivo, que se mostraba particularmente exigente y admirador de la creación francesa, conducta que Teodosio Adolfo Blanco critica en su expresión y en sus gustos: “Nuestro teatro aunque hace esfuerzos por abrirse, tiene que volverse a cerrar, como muy bien lo dijo un colega nuestro: ‘por indisposición del público’, pero ¿Cómo es posible que haya concurrencia si el espectáculo no es L’Opera comique, ni el Vaudeville y ni siquiera Les concerts, el can-can o cosa semejante?” Por su parte, los diarios dedicaban algunas secciones a las novedades teatrales francesas y entre las anunciadas también llegaban algunas obras de muy escasa calidad, y había incluso quien consideraba que atentaban contra la moral y, por supuesto, eran sujeto de la más severa censura, como el caso de esta dama que en El Cojo Ilustrado hacía notar su descontento: “Hace poco (…) quise llevar al teatro á mi sobrina, joven soltera, y me encontré con que todas las obras más en boga – Amants, Demi-vierges, Vivens, Le Carnet du diable, Paris fin de sexe, etc., etc., – constituían un verdadero ultraje para una muchacha decente.”… lo que no se contradice con la opinión al respecto de Enrique Gómez Carrillo cuando dice que: …”París no es en el fondo, sino un ’emporio para la exportación’ de cantatrices ligeras y de bailarinas más ligeras aún.”…

En la Caracas finisecular son pocos los que saben leer y entre las mujeres mucho menos, en general, solamente tienen acceso a la lectura las llamadas “damas de sociedad”, pero a ellas están destinadas las banalidades de las crónicas de belleza, una de las cuales alcanzó gran éxito entre la población femenina: la de la Baronesa Staffe, en la que podían leerse cosas como esta: “Creo que era Montaigne quien decía ‘Amo a París hasta en su verrugas’ pase para una gran ciudad pero nada tan feo y que desmejore tanto un bonito rostro que esos pequeños tumores llamados vulgarmente poireau.” , y por supuesto, todos esos pequeños y “encantadores” detalles de la “toilet” femenina tienen sus nombres en francés: “A pesar de que los vestidos sin cuello, las ruches pierrot y las galas de pluma están en todo su apogeo. Las personas muy friolentas optan por una gran estola de encaje de Malinés…” En 1898 Enrique Gómez Carrillo en su columna permanente “La vida parisiense”, de El Cojo Ilustrado, afirma que la mujer francesa es la más bella y refinada del mundo, lo que la convierte en paradigma a seguir por la mujer venezolana . Haciendo alusión a las mujeres de otros países, por ejemplo, L. García Ramón, en su artículo “Las mujeres de España”, publicado en esa misma revista, observa con respecto a la mujer catalana que: “Así Barcelona es la ciudad de España más parecida a las grandes ciudades francesas; el carácter serio y práctico, el espíritu perfecto de economía doméstica y las actitudes comerciales muy desarrolladas en la catalana, la acercan más á la mujer francesa.”…

De aquí que mucha gente entrara en una especie de hipnosis colectiva, inducida a la imitación y al consumismo. Las familias en pleno hacían lo posible para mantener las apariencias, y el “vivir de prestado” se volvió costumbre; no tenían para comer, pero las niñas iban a la “derniére”, no había quien no tuviese al menos una prenda comprada en la “Compagnie Francaise”, afamada casa de modas establecida en Caracas desde 1892.

Y todo esto gracias al “Ilustre Americano” quien con su afrancesamiento pretendía convertir a Caracas en un pequeño Paris: “Para aquel entonces, la vida social y cultural de Caracas tendía a imitar a Paris: había ‘soirées’, paseos en ‘landau’, descansos en el ‘café cantante…” Hasta el final del siglo XIX no se había instituido la costumbre de comer fuera de la casa, no había restaurantes, y es muy posible que haya sido, en las primeras décadas de este siglo, cuando hiciera su aparición el primero de la ciudad, con la llegada de un francés llamado Pierre René de Lofre, profugo de Cayena, que conocía el negocio de restaurant y de cabaret, e instaló en Caracas uno hacia la zona de San Francisquito, y un pequeño y discreto cabaret donde se presentaban espectáculos de muy baja calidad.

Por esa misma época, abrió sus puertas frente a la Plaza Bolívar “La Glacier”, un botiquín de Carlos Zuloaga propietario, a su vez, de “La Francia”.

El viaje a Paris era el colmo del status, aunque no sólo se va por diversión, unos lo hacen en busca del conocimiento y la formación académica, otros por exilio, pero la mayoría por el “glamour”. P.E. Coll critica al autócrata Guzmán por vanagloriarse de su libertina vida parisina con actrices de baja reputación, porque, como dice E. G. Carrillo: “París no es en el fondo sino un emporio para la exportación de cantatrices ligeras y de bailarinas más ligeras

”Simultáneamente, en Caracas aparecen los mabiles, tan famosos como desprestigiados entre la ciudadanía. Las zonas donde abundaban estos “centros de perdición” eran Puente Hierro y el suroeste de Santa Rosalía (esquinas del Sordo y Tablitas) en donde, a queja de los parroquianos: “…se producen frecuentes escándalos entre las damas alegres (…) y sus amigos visitantes…” .

Evidentemente, se hizo usual el empleo de términos en francés de los que, por lo general, se desconocía su significado, J. García de la Concha hace la siguiente reflexión al respecto: “De cuando se empezó a usar en nuestro idioma castellano el ‘mercí’ para dar las gracias, no lo sé. Pero lo cierto es que, teniendo Caracas una extensa colonia alemana, gran comercio, dos colegios importantes y un ferrocarril, nunca se conociera en el habla popular una palabra alemana y en cambio, abundan las francesas: Que el tocador lo llamaron ‘tualet’ (toilette) o ‘buduar’ (boudoir) que al señor se le llamara el ‘mesié’ o ‘musiu’ (monsieur) y dar las gracias, nadie, pero nadie decía otra cosa que ‘mercí’.”… . Muchos otros vocablos se integraron rápidamente al habla coloquial, como las palabras petimetre y patiquín. La figura del “patiquín” aparece entre los jóvenes de clase media como sinónimo de cumaco – guapo de barrio – cuyo origen procede de los barrios o parroquias populares como San Juan y La Pastora.

Por supuesto, el francés también se imparte en el ámbito académico. La sistematización de la enseñanza del idioma surge con el romanticismo y ya, mucho antes del guzmanato, había comenzado a editarse obras didácticas. En 1892, la Alianza Francesa, ofrecía profesores de francés, uno de sus anuncios decía: “…De ahora en adelante sabrá el público que es posible encontrar entre nosotros profesores de francés que ofrecen las más serias garantías de moralidad y saber…” El énfasis hecho en el concepto de moralidad no es fortuito, puesto que, al parecer, muchos de quienes ejercían como “profesores de francés” no lo eran, esto hace suponer que el oficio estaba muy desprestigiado, sin embargo, al mismo tiempo comenzaron a aparecer centros educativos de origen francés como el Colegio San José de Tarbes, el cual tenía dos grandes casonas, una de Carmelitas a Llaguno, al lado del correo y la otra en El Paraíso frente a la Plaza Páez, y, por supuesto, el Colegio Francés.

Entretanto, la reacción en contra de la influencia francesa en el idioma no se hizo esperar; muchos de los intelectuales y políticos opinaban que la situación era intolerable, aun cuando hasta: “…en las cárceles venezolanas la lengua francesa era distracción y consuelo (…) [y] muchos fueron los presos políticos que estudiaron el idioma o hicieron traducciones….” Había, por supuesto, quienes consideraban todo esto como una penosa circunstancia, y por ello hicieron sentir sus plumas mordaces, los escritores costumbristas se encargaron de ridiculizar el uso cotidiano del francés.

Evidentemente, las manifestaciones francesas vanguardistas están presentes en la literatura, tanto en los usos lingüisticos como en los aspectos formales, en el paisaje, en los personajes, en la temática, en las concepciones estéticas y en el contenido sociológico de la narrativa criolla.

Es durante el primer mandato del presidente Eleazar López Contreras (1935) cuando se presentó el primer plan urbano para el reordenamiento de la ciudad, a cargo de un grupo de arquitectos franceses. El proyecto, conocido como Plan Rotival, contempló la construcción de edificios gubernamentales y avenidas.

Más tarde, el presidente Isaías Medina Angarita se ordenó el inicio de la construcción de la Ciudad Universitaria de Caracas, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Es durante el mandato de Marcos Pérez Jiménez cuando tuvo inicio el más grande y ambicioso plan urbano para desarrollar y modernizar su infraestructura. Se construyó el Teleférico de CaracasHotel Humbolt, la autopista Caracas – La Guaira; entre otros.

La Caracas de Hoy

Es unas de las ciudades más grandes del país, también es una de las más pobladas. Aunque, un estudio realizado por The Economist Group en 2021, la urbe se ubica en el puesto número 10 de las ciudades menos habitables del mundo. También ha sido considerada una de las más peligrosas por sus niveles de criminalidad. 

La Unidad de Inteligencia y la división de investigación y análisis de The Economist Group, ha tomado como indicadores la estabilidad, salud, educación, cultura y medio ambiente e infraestructura.

Hoy, a pesar de seguir mostrando aquellas obras arquitectónicas de gran envergadura que fueron incluso paradigma de la región, queda muy poco. Sus  han quedado relegados a la lucha diario por sobrevivir en medio de su decadencia en infraestructura y servicios públicos.

De acuerdo con el Observatorio Venezolano de los Servicios Públicos, la ciudad dejó de cubrir las principales necesidades de sus habitantes. 

Entre enero y febrero de este 2022, el 60% de sus ciudadanos consideran que el servicio de agua es “inconstante”. Los medios de transporte superficial y subterráneo se han quedado pequeños frente a la demanda diaria de los habitantes.

La ciudad en movimiento se detuvo en opinión de urbanistas, a principios de la década de 2000. “Digamos que ahorita la ciudad está en un letargo completamente”, advierte Lexymar Loreto, arquitecto.

Panorama distinto al económico que se generaliza en todo el país, la cosmopolita Caracas vive en la actualidad un auge o renacimiento cultural y gastronómico.

Datos curiosos sobre Caracas

La Plaza Bolívar de Caracas se llamaba Plaza Mayor al momento de la fundación de Caracas, en 1567. Cambia de nombre en 1842.

La Catedral de Caracas fue la primera iglesia construida en Caracas, fue alrededor del año 1641.

En la Capilla de Santa Rosa de Lima, perteneciente a la Real y Pontificia Universidad de Caracas, actual Palacio Municipal de Caracas, es redactada el 5 de julio de 1811, el Acta de la Declaración de Independencia de Venezuela.

En 1904, es conducido en Caracas el primer automóvil llegado a Venezuela, fue traído por doña Zoila de Castro, esposa del presidente Cipriano Castro.

El Museo de Bellas Artes de Caracas, es el museo de artes plásticas más antiguo de Venezuela, fue fundado en 1917 en la sede de la Universidad Central de Venezuela.

A principios de siglo XX, Caracas tenía unos 90 mil habitantes. Para 1935 tenía 250 mil habitantes y 3 mil automóviles.

En tiempos de Guzmán Blanco, las familias caraqueñas publicaban sus días de visita para no ser molestados.

En el siglo XX caraqueño, el mercado San Jacinto era el corazón comercial de la capital.

En el siglo XX, algunos caraqueños veían el acto de ir al cine como algo “moralmente peligroso”.

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