De no tener tiempo y mente abierta para leerlo, no lo hagas - Standard Digital News | Noticias de Maracaibo Venezuela y el Mundo

De no tener tiempo y mente abierta para leerlo, no lo hagas

Se va el 2020, y la gran mayoría lo celebra. Piensan que su buena o mala fortuna personal son dictadas por un año. Como si los minutos del reloj se emplearan para definir, en lugar de registrar, los hechos de nuestra vida. O como si el 2021 traerá solo dicha y paz a todo el mundo. Dos vertientes existen en relación con el 2020 en este análisis: el primero de ellos como período renovador, y el segundo como jinete del Apocalipsis.

Como período renovador, el 2020 nos permitió darnos cuenta de muchas cosas, una de las principales que la vida es hoy. Debimos reinventarnos y adaptarnos para sobrevivir en todos los aspectos de nuestras vidas. Muchos hábitos, malos o buenos, fueron modificados, otros fueron limitados temporalmente, y otros eliminados para siempre. Dado lo anterior, salimos adelante.

Pero el 2020 también fue visto como jinete del Apocalipsis. La llegada del Covid-19 ha representado hasta hoy la partida física de más de un millón de personas en el mundo, y se estima que otros más también partirán por este virus en los próximos meses. Un sinfín de predicciones, decretos fatalistas y anuncios religiosos han colocado la guindilla al pastel elaborado por la teoría del caos en plena acción.

Nuestra fortuna está determinada por nuestras acciones, exclusivamente, no por un año. Aunque existen ciclos y períodos más o menos favorables a nuestros intereses, lo que define nuestro destino es nuestro accionar. No existen casualidades, sino causalidades. No hay mayor o menor dicha o desdicha que aquella que a pulso nos forjamos con nuestras acciones. Si el amor es quien las dicta, el resultado será distinto a si las dicta la inercia, el odio, la mezquindad, el vicio y otros. Siempre inciden variables no controladas que sazonan el resultado, y debemos ser capaces de entenderlo.

Comience por tomar responsabilidad sobre sus acciones y no deje su destino a la suerte, por más adversidad que haya visto o vivido. Asuma la derrota temporal como un simple revés; como un hecho temporal con la misión específica de hacerlo más fuerte, más apto, más sabio y más experimentado para afrontar el futuro de éxitos cuyo camino está al frente. Usted no nació para perder: ganará siempre, pase lo que pase.

Para quienes celebran la natividad, feliz navidad.

Para quienes tengan convicciones distintas, felices fiestas.

Y para todos, que soplen siempre vientos de amor y triunfo en sus vidas y en las de los suyos.

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