Slow Sex, la práctica sexual que todos debemos conocer
El estrés al que nos sometemos diariamente hace que tengamos menos tiempo para dedicarnos a tener alguna práctica sexual. Aquí, nace el Slow Sex.
Cada vez se dificulta más hacer cosas que nos den bienestar. Ir al gimnasio o hacer deporte son de las actividades más comunes que se dejan de hacer con el pasar del tiempo. Y lo que es peor, dejamos hasta de practicar sexo con nuestras parejas.
Según un estudio hecho por la empresa de juguetes eróticos Lelo, “7 de cada 10 personas aseguran que, por el día a día, le dedican menos tiempo del adecuado a disfrutar de su vida sexual”. Esto sólo se traduce en tener relaciones íntimas menos veces al día, a la semana o al mes, sino que también influye en practicarlo por menos minutos. ¡Ni siquiera nos tomamos tiempo para esto!.
En este sentido, indica Valérie Tasso, escritora, sexóloga y embajadora de Lelo, lo siguiente:.
“Mantenemos relaciones sexuales rápidas en las que la única meta es llegar al clímax, pero ¿por qué no levantar el pie del acelerador y pisar un poco el freno?” Esta es la base del slow sex.
Como lo manifestó la sexóloga, “el Slow Sex está vinculado con un sexo más consciente, lento y sentido, que invita a vivir el momento con los cinco sentidos, a disfrutar de las sensaciones, a tocar, a explorar… Ya sea con una pareja o con nosotros mismos”.
Cómo hacer esta práctica sexual
En la opinión de la experta, para ponerse manos a la obra y practicar el slow sex es vital tener claro que “hay una creencia errónea y muy extendida que asegura que el fin último del sexo es el orgasmo y si no llegamos al clímax, damos por “fracasada” la relación sexual”.
Esto, siempre bajo su percepción, “hace que en especial las mujeres sientan presión a la hora de llegar al clímax. Esto puede ser totalmente contraproducente, haciendo que nos centremos en el orgasmo y no en el goce del momento”.
Marvelis Padrón