El Niño y La Niña: Qué son y que podemos esperar este 2024 de estos fenómenos climáticos intermitentes en Venezuela - Standard Digital News | Noticias de Maracaibo Venezuela y el Mundo

El Niño y La Niña: Qué son y que podemos esperar este 2024 de estos fenómenos climáticos intermitentes en Venezuela

Si te mantienes informado sobre el clima —¿y quién no?— escucharás hablar sobre El Niño y La Niña de vez en cuando.No obstante, en ocasiones no se habla para nada de de ninguno de los dos.

Durante el año 2023, los fenómenos de El Niño y La Niña en Venezuela generaron menos lluvias en el primer trimestre y más en el segundo trimestre, recordó el profesor Valdemar Andrade, jubilado del departamento de ingeniería de la Universidad Central de Venezuela.

Andrade comentó que esto tuvo impacto en diferentes regiones del país y agregó que se espera para el 2024 siga el fenómeno de El Niño, lo que puede producir menos lluvias y un aumento de incendios forestales y temperaturas.

“Estos cambios desconciertan los proceso naturales del clima y es importante prepararse para adaptarse a ellos”, expresó Andrade durante el programa En Este País de Radio Fe y Alegría Noticias.

Segundo semestre: incierto

Destacó que actualmente los embalses están llenos, por lo que el racionamiento eléctrico no se debe a la falta de agua, sino por problemas de distribución.

“Se espera que los próximos meses sean de sequía en Venezuela debido al fenómeno de El Niño, aunque no se sabe cómo será el segundo semestre del año”, explicó.

Ambos son fenómenos climáticos intermitentes que se originan en el océano Pacífico ecuatorial, pero pueden tener efectos de amplio alcance en el clima de todo el mundo.

Los dos están relacionados: son las fases opuestas de lo que se llama El Niño Oscilación del Sur (ENOS). Por ello, nunca pueden ocurrir de manera simultánea. Además, hay muchas ocasiones en que ninguno de los dos ocurre.

ENOS describe la fluctuación de dos cosas en el Pacífico ecuatorial: la temperatura superficial del océano y la presión del aire sobre él.

El componente de la temperatura es muy sencillo y la mayoría de los reportes noticiosos se centran en él. Cuando las temperaturas de la superficie del mar superan el promedio por medio grado Celsius o más, se puede formar El Niño. Cuando las temperaturas están por debajo del promedio, se puede formar La Niña. Cuando las temperaturas están dentro o cerca del promedio (a lo que se le llama ENOS-neutral), ninguno se desarrolla.

La parte de la presión del aire es un poco más complicada. Se refiere a la diferencia en la presión del aire entre las partes oeste y este del Pacífico ecuatorial. Los científicos usan lecturas de Darwin, en la costa norcentral de Australia, y de Tahití, a más de 8000 kilómetros al este.

Cuando la presión es más baja de lo normal en Tahití y más alta de lo normal en Darwin, las condiciones favorecen la formación de El Niño. Cuando ocurre lo opuesto, se puede desarrollar La Niña.

Los dos componentes están fuertemente relacionados y las condiciones de ambos deben ser ideales para que El Niño o La Niña se formen. Por ejemplo, si las temperaturas de la superficie del mar favorecen a El Niño, pero las condiciones de la presión del aire no, El Niño no se formará.

Los científicos no saben con exactitud qué inicia el proceso. Sin embargo, de vez en cuando, las condiciones de la presión del aire cambian en el Pacífico ecuatorial, lo que afecta los vientos alisios, que por lo general soplan de este a oeste. Los vientos actúan en la superficie del agua, que se calienta con el sol, lo que la impulsa a moverse.

Si los vientos alisios se fortalecen, como ocurre durante La Niña, más agua tibia se mueve hacia el oeste. Y en el Pacífico este, las aguas profundas y frías se elevan para remplazarla.

Si los vientos alisios se debilitan, como sucede durante El Niño, menos agua se mueve hacia el oeste y las aguas del Pacífico central y este se calientan más de lo habitual.

Una enorme masa de agua cálida en el océano transfiere mucho calor a las partes altas de la atmósfera a través de la convección (aire cálido y húmedo que se eleva desde la superficie del mar y forma tormentas). A su vez, el calor afecta a la circulación atmosférica, tanto en la dirección norte-sur como en este-oeste.

La ubicación de toda esa convección es importante. En El Niño, ya que el agua cálida se mantiene en el Pacífico este, la convección ocurre ahí. En La Niña, el Pacífico este se mantiene más frío y la convección sucede mucho más lejos hacia el oeste.

Los cambios en la circulación atmosférica pueden provocar cambios en el clima en varias partes del mundo, lo que los meteorólogos llaman teleconexiones. Gran parte de esto está relacionado con la posición de la corriente en chorro o jet stream, los vientos de gran altitud que corren a través del planeta de oeste a este.

En El Niño, la corriente en chorro tiende a desplazarse hacia el sur. Eso puede generar condiciones de mayores precipitaciones y más frescas para la mayoría del sur de Estados Unidos, y condiciones más cálidas para partes del norte. En el resto del mundo, El Niño puede crear condiciones cálidas y secas en Asia, Australia y el subcontinente indio. Partes de África y Sudamérica también pueden verse afectadas.

En La Niña, la corriente en chorro cambia hacia el norte. Eso puede conducir a condiciones cálidas y secas en el sur de Estados Unidos, así como más frescas y húmedas en partes del norte, sobre todo en la costa Pacífico en el noroeste. Partes de Australia y Asia pueden estar más húmedas de lo normal.

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Marvelis Padrón