Homenaje “Sadel, Siempre Sadel”: un canto al alma venezolana que hizo vibrar al Centro de Bellas Artes de Maracaibo - Standard Digital News | Noticias de Maracaibo Venezuela y el Mundo

Homenaje “Sadel, Siempre Sadel”: un canto al alma venezolana que hizo vibrar al Centro de Bellas Artes de Maracaibo

En una noche colmada de música, poesía y emociones que calaron hondo en el corazón del público, el Centro de Bellas Artes Ateneo de Maracaibo fue el escenario del conmovedor concierto “Sadel, Siempre Sadel”, un homenaje inolvidable al ícono eterno de la música venezolana: Alfredo Sánchez Luna, el amado Alfredo Sadel.

Organizado por Marro Eventos y liderado por la gestora cultural, cantora y productora Magda Rincón, este espectáculo celebró el talento, la herencia musical y el orgullo de un país que aún canta a su tenor favorito. Rincón, ingeniera agrónoma de formación, artista de vocación y defensora apasionada del arte y la familia, presentó con este concierto el primer capítulo de un ambicioso proyecto musical dedicado a enaltecer el legado de Sadel.

“Sadel es un símbolo. Esta es nuestra manera de recordarlo con gratitud, pero sobre todo, de mantenerlo vivo a través de nuestras voces, nuestra poesía y nuestra gente”, expresó emocionada Rincón.

Un escenario que brilló con talento zuliano
La velada fue presentada por la periodista, locutora y también cantora Gisela Faría, quien no solo condujo el evento con sobriedad y calidez, sino que narró pasajes de la vida de Sadel acompañados de emotivos audiovisuales que arrancaron suspiros en una sala repleta.

El espectáculo arrancó con fuerza poética de la mano de la joven María Terán Nava, de 12 años, quien declamó un poema de la propia autoría de Magda Rincón. Luego subió al escenario el pequeño prodigio zuliano Samuel Troconis, de apenas 11 años, interpretando con destreza la pieza Canta Arpa.

El talento juvenil continuó con la participación del cantante autodidacta Jesús Matheus, de 15 años, cuya estética retro y voz singular evocaron la nostalgia de los años dorados de la música romántica conla cancion Escribeme, exito en la voz de Sadel.

A lo largo de la noche, el publico disfrutó de voces como la del baritono Ramón Chalán, Zoraima Rosales, Ana Nava, Jesús Enrique Álvarez Monges, Karla Albornoz y Neliana Castro ofrecieron un recorrido musical por distintos géneros y épocas, todos marcados por la huella inconfundible de Sadel.

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La periodista, locutora y cantora Gisela Faría no solo guió la velada con maestría desde el micrófono como presentadora oficial, sino que también regaló un momento cargado de arte y simbolismo al interpretar el emblemático tema “Te doy una canción” del cantautor cubano Silvio Rodríguez.

Su voz, serena y llena de intención, tejió un puente emocional que conectó con una parte esencial de la trayectoria de Sadel, quien durante los años 50 conquistó los escenarios cubanos con su carisma y talento. La interpretación de Faría no fue un gesto casual: fue un tributo profundo a ese capítulo de la historia musical latinoamericana donde Venezuela y Cuba se abrazaron en bolero, canción y aplauso, y donde Sadel, como digno embajador del canto venezolano, fue elevado al rango de ídolo continental.

La sala, absorta y reverente, se convirtió en territorio común para la memoria compartida, sellando ese instante con una ovación de respeto, emoción y gratitud.

Magia musical y momentos de conexión profunda
Los artistas estuvieron acompañados por un ensamble de músicos excepcionales:

Piano, cuatro y guitarra: Devis Taborda, Flauta y trompeta: Deiver Taborda, Percusión: Néstor Gutiérrez “El Chivo Loco” Bajo: Juan Jiménez, Maracas: Magda Rincón y Víctor Villalobos , Arpa: El maestro Claudio Hernandez

Uno de los momentos más íntimos y emotivos de la velada llegó cuando Magda Rincón, alma del proyecto, interpretó con sensibilidad y entrega la célebre canción “Gracias a la vida”, acompañada magistralmente en la guitarra por el maestro Jorge Quintero.

Su voz, cálida y serena, se fundió con las cuerdas con una suavidad conmovedora, creando un instante de recogimiento total donde el público pareció contener el aliento. Fue un canto desde el alma, un acto de gratitud que abrazó la memoria, el arte y la espiritualidad con profundidad sincera. “Fue como si Magda nos cantara al oído desde el corazón de Venezuela”, comentó una asistente visiblemente conmovida.

La emoción no se detuvo allí. Momentos después, Rincón sorprendió al público con una poderosa y sentida versión del icónico pasodoble “Granada”, uno de los temas más ovacionados en el repertorio de Alfredo Sadel.

En esta ocasión, la pieza fue adaptada con arpa, cuatro y maracas, dándole un matiz típicamente venezolano a una obra universal. El resultado fue impactante: el público estalló en aplausos incluso antes de que terminara la última nota.

“Jamás pensé escuchar ‘Granada’ con tanto sabor criollo. ¡Fue gloriosa!”, exclamó un espectador al salir del teatro.

Estos momentos no solo confirmaron la potencia artística de Rincón, sino también su capacidad para conectar con la memoria emocional colectiva del público zuliano. Cada arreglo, cada interpretación, evocó no solo a Sadel, sino también a ese país profundo donde la música es aliento, raíz y espejo.

Acto seguido, la escena se tornó solemne con la participación estelar de Jorge Quintero, reconocido como el Tenor de las Américas, quien brilló con luz propia al ofrecer interpretaciones magistrales de “Desesperanza” y el vals “Para encontrarte”, de la autoría del gran Alfredo Sadel.

Su potencia vocal, elegancia interpretativa y dominio escénico sellaron una participación impecable como arreglista, director musical y solista de lujo de este evento.

Un cierre inolvidable para la historia musical de Maracaibo
El gran final fue una auténtica celebración colectiva: todos los cantantes se unieron en escena junto a Quintero para interpretar los emblemáticos temas venezolanos “Cumaco de San Juan” y “Alma Llanera”, desatando una ovación que coronó un evento que quedará en la memoria musical de la ciudad.

La producción, cuidada hasta el más mínimo detalle, incluyó una escenografía inspirada en la Venezuela de Sadel y un vestuario elegante que resaltó la solemnidad del homenaje. El público, de pie, respondió con una ovación prolongada en cada número, emocionado ante el despliegue de talento y entrega en el escenario.

Una emoción compartida y viva
Entre los asistentes se encontraba Ada Sánchez Luna, hermana del homenajeado, quien al finalizar el concierto, conmovida hasta las lágrimas, expresó:

“Ha sido una gran emoción… es muy grande lo que se ha vivido. Aún tengo la piel erizada, no puedo describir con palabras lo que siento en este momento”.

“Sadel, Siempre Sadel” no fue solo un concierto: fue un acto de amor, memoria y arte. Una noche donde la identidad sonora del pais, se elevó para rendir tributo a uno de sus más grandes exponentes: el eterno «Tenor Favorito de Venezuela» .

Una noche que se cantó con el alma… y se guardará en el corazón de una ciudad que no olvida a sus ídolos.

Texto y fotos SDNNews

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