Los caballos son más inteligentes de lo que se creía y son capaces de pensar estratégicamente, según un estudio
Estos descubrimientos podrían ayudar a entender de mejor forma a los caballos y ser útiles para entrenarlos de forma “más humana”.
Los caballos son compañeros de los humanos desde hace miles de años, formando parte incluso de la historia moderna y antigua gracias a rasgos como su resistencia, adaptabilidad e inteligencia, siendo éste último uno de los más interesantes.
Científicos equinos de la Universidad de Nottingham Trent (Reino Unido) realizaron un estudio para ahondar y entender de mejor forma cómo aprenden los caballos, ya que este conocimiento podría ser útil para entrenarlos de forma “más humana” y mejorar su bienestar, según informaron a través de un comunicado.
Como parte de la investigación, cuyos resultados fueron publicados en la revista científica Applied Animal Behaviour Science, el equipo colocó el trozo de una tarjeta, el cual los caballos debían tocar con la nariz para conseguir una golosina, una tarea sencilla en apariencia. Sin embargo, la dificultad escaló poco a poco.
La siguiente etapa requirió que los caballos tocaran las tarjetas, pero no recibirían una golosina si una luz estaba encendida. Únicamente serían premiados cuando el indicador estaba apagado.
Todos los sujetos de prueba mostraron tener dificultades para completar la tarea, pues, según informaron los especialistas, tocaban “indiscriminadamente” la tarjeta sin importar que la luz estuviera encendida o apagada, aunque recibían premios frecuentemente gracias a sus respuestas correctas.
La última etapa del estudio consistió en “penalizar” a los caballos si tocaban la tarjeta cuando la luz estaba encendida al no permitirles jugar ni recibir recompensas durante 10 segundos.
Lo que sucedió durante esta fase sorprendió al equipo de investigadores, ya que descubrieron una “reducción repentina y altamente significativa” de los errores entre todos los caballos, pues comenzaron a jugar correctamente para recibir su golosina.
Este comportamiento hizo creer a los científicos que, en lugar de no entender el juego como parecía en un inicio, los caballos lo entendieron todo el tiempo, pero encontraron una forma de jugar y siempre ser recompensados sin tener que involucrarse demasiado.
Carrie Ijichi, investigadora principal, declaró que al principio, descubrieron que los caballos “simplemente tocaban la tarjeta una y otra vez”, pues “probablemente” notaron que serían recompensados con frecuencia a pesar de esforzarse el mínimo.
“No había ningún costo por golpear indiscriminadamente, a veces valía la pena, a veces no. Los caballos no son genios naturales, se piensa que son mediocres, pero este estudio demuestra que no son promedio y, de hecho, son más avanzados cognitivamente de lo que les atribuimos”, señaló Ijichi.
Estos resultados llevaron al grupo de investigadores a teorizar que los caballos son capaces de utilizar una forma conocida como “aprendizaje basado en modelos”, la cual creían era “demasiado compleja” para ellos. “Esto ahora nos ayudará a comprender mucho mejor su comportamiento y sus capacidades”, según la científica a cargo de la investigación.
“Es fascinante porque tienen una corteza prefrontal muy poco desarrollada, que es a la que normalmente le atribuimos el mérito de producir este tipo de pensamiento en los humanos”, afirmó Ijichi.
Los resultados implican que los caballos usan otra área del cerebro para “lograr un resultado similar”, lo que a su vez, lleva a entender a los científicos que no se deben hacer suposiciones sobre la inteligencia de los animales “basándonos en si están ‘construidos’ igual que nosotros”.
Louise Evans, investigadora de la Escuela de Ciencias Animales, Rurales y Ambientales de la Universidad de Nottingham Trent, señaló que esperaban que el rendimiento de los caballos mejorara cuando implementaron el “tiempo fuera”, pero se vieron sorprendidos con “lo inmediata y significativa que fue la mejora”.
“Los animales normalmente necesitan varias repeticiones de una tarea para adquirir gradualmente nuevos conocimientos, mientras que nuestros caballos mejoraron inmediatamente cuando introdujimos un coste por los errores. Esto sugiere que los caballos sabían desde el principio cuáles eran las reglas del juego”, según Evans.
Infobae.
Luis Molero Marquez